Construcción de Marimbas en Cartago, calidad Biolley para el mundo
- Osvaldo Portuguez
- 6 oct 2015
- 6 Min. de lectura

En esta historia se encuentra plasmado el proceso de la fabricación de marimbas de la familia Biolley. En la provincia de Cartago, y por largos años, este instrumento musical ha pasado por diversas transformaciones para lograr lo que es hoy: un instrumento digno de cualquier sala de concierto del mundo.
El principio. La vida de don Oscar Biolley Santamaría fue marcada musicalmente a los 8 años. Visitaba Playas del Coco con su familia, en la época en que sólo había un restaurante con salón de baile y un quiosco. Eran las 3:00 pm cuando comenzó a sonar una marimba y aquel niño preguntó con gran admiración a su papá, qué era aquel sonido. Don Oscar recuerda con precisión que a las 4:00 pm, tuvo su primer contacto con este tipo de instrumento, cuando su padre lo llevó hasta donde estaba.
Fue este acontecimiento el detonador de toda una historia que trajo múltiples sorpresas. Desde temprana edad su padre le instruyó, junto a sus hermanos, en el manejo y trato de la madera. De ese modo, en los ratos libres y vacaciones, trabajaba junto a su padre en las labores madereras.
El taller familiar quedaba ubicado en San José, y los sábados, cuando salía de trabajar al medio día, el joven de 15 años, se quedaba horas escuchando la marimba que tocaba para los extranjeros a un costado del Teatro Nacional, donde está hoy la Plaza de la Cultura. Don Oscar dice que cuando oía marimbas todo se apagaba para él, el mundo se detenía.
Con los años, tras la muerte de su padre, don Oscar montó un taller de ebanistería mientras albergaba el deseo de algún día, hacer una marimba. Pasaron aproximadamente 15 años para que se cumpliera. Asegura que sucedió, porque como a todo creyente de Dios, los sueños se cumplen cuando se tiene fe.
Un día, un señor llamado Miguel Torres se presentó a su depósito con el fin de adquirir unos materiales. Este gran músico empírico, fabricante de marimbas, y creador de máquinas especiales para la construcción de marimbas, le facilitaría con el pasar de los años,parte del conocimiento e instrumental necesario para que cumpliera su gran sueño.
Torres le proporcionó el diseño y las medidas de lo requerido; sin embargo, don Oscar realizó modificaciones debido a su conocimiento en el trabajo de madera. Ya concluida su primer marimba, después de tres años de trabajo, Torres le ayudó afinando las teclas para que su instrumento, por fin, tomara vida. De eso han pasado 18 años.
Construyendo y tocando. La segunda parte de esta historia tiene que ver con el área de ejecución instrumental, ya que después de construir el primer ejemplar, no había quien lo tocara en la familia.
Una de las primeras tonadas que produjo esta marimba, la tocó Carlos Biolley, hijo de don Oscar. Carlos estudiaba en la Escuela Municipal de Música de Paraíso, y en ocasiones, tocaba Let it Be de los Beatles en la marimba recién construida; su padre lo miraba con gran asombro, siempre añorando profundizar más en el instrumento. Pronto, un familiar les informó acerca de un anuncio del Ministerio de Cultura, en donde ofrecían clases de marimba; así, dos de los tres hijos de don Oscar se inscribieron.
El debut fue hace 8 años, en un evento para la familia de la esposa de don Oscar. Les sorprendió la respuesta del público asistente, pues inmediatamente se levantó a bailar. Mientras esto sucedía, don Oscar Biolley seguía teniendo en mente el objetivo de crear un taller de marimba tradicional.
Cuando el taller fue una realidad, se encontraron con un gran problema, pues no tenían un especialista en afinación del instrumento. Así, don Oscar Biolley le pide ayuda nuevamente a don Miguel Torres, y éste les enseñó el complicado y minucioso oficio de la afinación a los hijos de la familia, Oscar y Carlos Biolley. De aquellas clases recuerdan el lema del maestro Torres: "ver y no preguntar".
Después de cuatro meses de esfuerzo culminó el entrenamiento, del que sólo uno de los hijos concluye, Oscar Biolley hijo. De este modo, el equipo de trabajadores quedó listo para dar inicio al proyecto.
En su taller, que ha ido creciendo tras cada prueba y con cada momento de éxito, se han dado a la tarea de construir marimbas de diversos estilos.
"La idea principal era perfeccionar la marimba, construir un mueble digno de este instrumento"
Bajo esta filosofía se construyó una marimba con águilas talladas a mano. Sin embargo tras esta experiencia se dieron cuenta que su fabricación era muy costosa, por lo tanto decidieron fabricar muebles más sencillos manteniendo el corazón, y la misma calidad de las teclas y resonadores.

Con el pasar del tiempo se dieron cuenta del poco movimiento que tenía el instrumento en el país, ya que en cinco años vendieron sólo una. La situación se llegó a complicar tanto que el negocio no se podía sostener, y tuvieron que prescindir de los servicios de varias personas, en el cual sólo queda don Oscar Biolley padre y Oscar Biolley hijo. Fue un momento difícil en donde tuvieron que tomar decisiones para redirigir el camino del taller.
Oscar Biolley hijo quiso aprender más sobre la ejecución de la marimba, y se matriculó en la Academia Editus, para estudiar con el profesor Ernesto Gallardo. Al tiempo, su maestro le propuso visitar el Instituto Nacional de Música, para que conociera la marimba de concierto de la cátedra de percusión. Oscar hijo quedó impresionado con las dimensiones y características de estos instrumentos, distintos a la marimba tradicional.
Durante la visita le contaron que una de las marimbas tenía una tecla en mal estado, y así, le encargaron confeccionar una nueva. Culminado el trabajo se dio cuenta que la tecla que fabricó sonaba casi medio tono arriba y proyectaba menos, aunque a la vista, era igual a la original, excepto por el tipo de madera.
Aún así, había que probar la tecla nueva, y al llegar al Instituto Nacional de Música, las marimbas estaban ocupadas. En ese momento, estaban impartiendo una clase maestra a cargo de Fernando Meza, un gran percusionista costarricenses, radicado en Estados Unidos, donde actualmente es el director de la cátedra de percusión de la Universidad de Minnesota.
Tras evidenciar el minucioso trabajo del joven fabricante, el maestro permitió probar la tecla. Además de la diferencia de tono, Oscar hijo desconocía que la marimba produce armónicos, aspecto que el maestro Meza le explicó. Aquel encuentro, a pesar del desencanto de la tecla fallida, generó una nueva etapa para los fabricantes Biolley. Meza contactó a Oscar hijo con Gilberto Serna, un físico colombiano radicado en Chicago, especialista en afinación de marimbas. Serna resultó ser discípulo de J.C. Deagan, uno de los grandes especialistas de marimbas de concierto a nivel mundial, y accedió a ayudar a Biolley hijo tras enterarse que era costarricense, ya que le guarda mucho cariño a nuestro país. De ese modo, el joven constructor adquirió el conocimiento respectivo de la afinación de armónicos.
"Los Biolley manejan una filosofía:
entre más cuesta, mejor, porque se aprende más"
Tras toda esta experiencia, Oscar Biolley hijo convenció a su padre de incursionar en las marimbas de concierto. Logró perfeccionar la tecla para el Instituto Nacional de Música y después de este avance, puso en práctica sus conocimientos de ingeniería civil, diseñando digitalmente el nuevo concepto de las marimbas de concierto que iban a fabricar.
Tradición y modernidad. Empezaron a experimentar con nuevas maderas; así, para lograr un sonido brillante en la marimba de concierto, distinto al sonido dulce de la marimba criolla, cambiaron la madera Bálsamo por la Cristobal.
Durante el proceso de perfeccionamiento, Oscar Biolley hijo realizó importantes descubrimientos que beneficiaron al nuevo diseño. Concluida esta labor, procedieron a buscar tubos de aluminio, característicos de los resonadores de la marimba de concierto, sin embargo, el alto costo les llevó a crear unos resonadores de madera, y obtuvieron un resultado sonoro diferente a la marimba.
La nueva marimba Biolley tiene aspectos innovadores: mantiene características de la marimba tradicional y obtiene la proyección de la marimba de concierto. Para poder internacionalizar su instrumento lo pusieron a prueba. Percusionistas profesionales atendieron el llamado. Debían tocar repertorio en cinco marimbas distintas y también, adivinar cuál marimba era cuál. Del proceso salieron victoriosos, y el veredicto fue que la marimba Biolley es digna de cualquier sala de concierto del mundo.

La marca OBiolley Instrumentos Musicales le aporta al mundo de la marimba un nuevo aspecto con características sumamente innovadoras, con una afinación de 442, con la posibilidad de que sea ejecutada en una orquesta sinfónica, y con la gran ventaja de ser desarmable para su fácil transporte. Además, todos los materiales son producidos en Cartago haciendo del instrumento uno netamente costarricense. Gracias al nuevo concepto, han firmado varios contratos nacionales e internacionales.
Esta historia fue recopilada por Osvaldo Portuguez Granados en Paraíso de Cartago entre el 17 de setiembre y el 4 de octubre, 2015. Para conocer más sobre el autor, haga clic aquí.
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